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jueves, 25 de octubre de 2012

PIRITA, EL ORO DE LOS TONTOS

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A pesar de que la X nunca marca el tesoro en un mapa pirata, muchos de nosotros ha soñado alguna vez con lanzarse a la aventura para hacer fortuna. Quizá en busca de algún yacimiento de oro.
Sin embargo, hubo un elemento, la pirita, que parece que fue inventado por la naturaleza para hacer enloquecer a los buscadores de oro. No en vano, la pirita, disulfuro de hierro, es conocida como el oro de los necios.
El problema de la pirita para los buscadores de tesoros es que relumbra como un brillo incluso más dorado que el oro verdadero, como el oro de los dibujos animados o de los tebeos. Ese brillo fenicio es el que ha atrapado a muchos aventureros y buscadores, como el canto de las sirenas atrajo a la perdición a los marineros.
Pero de todas las hipnosis colectivas de oro que no era oro que ha sufrido la humanidad, probablemente la más extravagante fue la que tuvo lugar en 1896, en las agrestes tierras de la frontera del interior de Australia, uno de tantos lugares que aún se catalogan como desconocidos por la humanidad, junto a otros que podéis leer en ¿Ya no quedan lugares que descubrir en el mundo?. En aquel lugar no se encontró pirita, precisamente, sino lo que podríamos llamar “oro de los necios de los necios”.
La historia comienza con tres irlandeses que, en 1893, estaban cruzando el interior de Australia. Uno de los caballos, entonces, perdió una herradura a veinte minutos del campamento. A los pocos días, sin tener que cavar ni un centímetro en el suelo, había recogido casi cuatro kilogramos de pepitas de oro sin hacer otra cosas que caminar. En poco tiempo, cientos de buscadores se abalanzaron presos de la avaricia en lo que se vino a llamar el Hannan´s Find (el hallazgo de Hannan, que procedía del nombre de uno de los irlandeses, Patrick Hannan).
El problema es que había mucho oro. Sí, eso era un problema porque venían muchos mineros a buscarlo, pero en mitad del desierto es difícil traer suficientes suministros para sobrevivir. De hecho, algunos hicieron más negocio poniendo bares, prostíbulos y demás que excavando para encontrar oro. Para construir esta ciudad improvisada que abastecía a los buscadores de oro, los constructores se valían de los escombros de las propias excavaciones: con ellas fabricaban ladrillos, cemento y mortero.
A los buscadores de oro no les interesaban los escombros, naturalmente, porque el oro es un metal solitario, no suele encontrarse mezclado en el interior de minerales o menas. Sin embargo, hay raras aleaciones en la que eso no ocurre. El único elemento que forma enlaces con el oro es el telurio. El telurio era peor que la pirita, porque se combina con algunos minerales para formar minerales como la krennerita o la calaverita. En particular, la calaverita tiene un brillo amarillento. Un brillo que podría acabar por llamar la atención de un buscador de oro desesperado.
De repente, en mitad de las tensiones por la escasez de suministros, empezaron a circular rumores sobre esa roca amarillenta de telurio que andaban extrayendo solo para tirarla. Primero, que podía contener trazas de oro; y segundo, que se descompone a altas temperaturas, por lo que separar el oro sería muy fácil. Lo explica así Sam Kean en su libro La cuchara menguante:
La calaverita se había descubierto en Colorado en la década de 1860. Los historiadores sospechan que en un campamento alguien debió observar que las piedras con las que habían construido el círculo para la hoguera comenzaban a exudar oro. Historias como ésta no tardaron en llegar Hannan´s Find. El caos comenzó el 29 de mayo de 1896. Parte de la calaverita utilizada para construir Hannan´s Find contenía catorce kilos de oro por tonelada de roca, así que los mineros no tardaron en intentar hacerse con todas las rocas que pudieran encontrar. Comenzaron por atacar las pilas de escombros, buscando entre ellos las rocas desechadas. Cuando los escombros quedaron limpios, fueron a por la propia ciudad. Los baches que habían sido reparados volvieron a ser baches; las aceras fueron arrancadas a golpe de cincel; y cabe imaginar que el minero que construyó la chimenea y el hogar de su nueva casa con ladrillos con telurio de oro no debió ponerse demasiado sentimental en el momento de tirarla abajo.

viernes, 19 de octubre de 2012

Una nueva pagina para ver....

La Escuela de Minas recibe a los nuevos alumnos del curso 2012-2013

Articulo de la Escuela Superior Tecnica de Minas

 
El Salón de Actos de la Escuela congregó a cientos de alumnos que han elegido uno de los cuatro grados que se imparten en la Escuela Técnica Superior de Ingenieros de Minas. El director de la Escuela, José Luis Parra,  dio la bienvenida y felicitó a los alumnos por elegir esta Escuela como centro para desarrollar sus estudios en los próximos años.
Al acto de bienvenida asistieron representantes de la dirección de la Escuela, el Director, José Luis Parra, el Subdirector de Ordenación Académica, José Carrasco, el Secretario del Centro, Manuel Hervás, el Subdirector de Investigación y Doctorado, Laureano Canoira, Alberto Ramos, Adjunto para gestión internacional, y Domingo Martín, Adjunto para asuntos económicos, infraestructura y personal.
Durante la exposición, José Luis Parra presentó a los nuevos alumnos la Escuela en la que pasarán gran parte de su tiempo durante los próximos años como universitarios. Las titulaciones que han elegido los nuevos alumnos son muy interesantes, según José Luis, y tienen un gran desarrollo profesional en España y en el resto del mundo.
 
Les habló de los espacios con los que cuenta la institución para su formación, así como, para la realización de otras actividades extraacadémicas.  Animó a los nuevos alumnos a participar de forma activa en la vida de la Escuela a través de estas asociaciones y clubes.
Para convertirse en ingenieros del siglo XXI es necesario formarse en idiomas y ampliar horizontes viajando a otros países. La Escuela de Minas tiene como uno de los pilares esenciales la internacionalización de la formación. Alberto Ramos, Adjunto para gestión internacional, les animó a participar en los programas con los que cuenta la Escuela para realizar parte de sus estudios en universidades en el extranjero y adquirir un bagaje científico, cultural y técnico que les permita moverse con soltura por el mundo.
La Escuela de Minas fue pionera en la implantación de prácticas de empresas obligatorias. José Luis Parra informó a los alumnos de esa obligatoriedad que implica un compromiso de la Escuela en el momento de buscar prácticas en empresas, “son una buena manera de inserción en el mundo profesional”. Además, José Luis se refirió a las Cátedras-Empresas que posee la Escuela, de temática muy diversa y que complementan la formación a través de cursos, proyectos fin de carrera, prácticas, etc.
Por último, Domingo Alfonso Martín no quiso dejar pasar la oportunidad de destacar otra de las misiones esenciales de la universidad: formar a los alumnos como ciudadanos y personas. La universidad no solo ha de formar en conocimientos científico-técnicos propios de cada uno de los grados que capacitarán a los alumnos para un desempeño de su profesión con rigor, sino que tiene la obligación de formar a sus alumnos en valores que les conviertan en ciudadanos ejemplares. Durante su intervención hizo referencia al Proyecto Mentor, a través del cual los alumnos de cursos superiores se comprometen a “guiar” a los nuevos alumnos en su primer año, asesorándoles sobre orientación académica, normativa académica, proyectos de investigación, asociaciones y clubes de la Escuela, orientación administrativa y demás aspectos necesarios para que se integren con éxito en la vida de la Escuela.
Los alumnos deberán fomentar desde ahora todas las aptitudes que los formarán como ingenieros y como personas del s.XXI, que favorecerán su integración en una sociedad plural y globalizada, y ser conscientes de la responsabilidad que han adquirido al iniciar una carrera universitaria.


*Estractado de la pagina de la Escuela Superior Tecnica de Minas de España 
http://www.minas.upm.es